PARA TRATAR AL ESPÍRITU SANTO:
1.“El que tenga sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí... de su seno correrán ríos de agua viva. Esto lo dijo del Espíritu que habían de recibir lo que creyesen en Él” (Jn. 7, 37).
1.“El que tenga sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí... de su seno correrán ríos de agua viva. Esto lo dijo del Espíritu que habían de recibir lo que creyesen en Él” (Jn. 7, 37).
2. “Os enviaré el Espíritu de la verdad; Él os comunicará toda la verdad” (Jn. 16, 13).
3. “Os conviene que Yo me vaya; pues si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito, pero si me voy, o lo enviaré”. (Jn. 16, 7).
4. “Cuando venga el Espíritu Santo, Paráclito, que Yo os enviaré, el Espíritu de verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de Mí” (Jn. 15, 26).
5.“El Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre, será quien os enseñe todo y os vaya recordando todo o que Yo os he dicho_” (Jn. 14, 26).
6. “Rogué al Padre, y os dará otro Consolador para que more siempre con vosotros” (Jn. 14, 16).
7.“No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros; y se alegrará vuestro corazón (Jn. 14, 18).
8. “Ninguno puede decir Señor Jesús, sino por el Espíritu Santo “ (Cor. 12. 3).
9. Secuencia:
Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres; ve, dador de las gracias;
ven, lumbre de los corazones.
Consolador óptimo, dulce huésped del alma, dulce refrigerio.
Descanso en el trabajo, en el ardor tranquilidad,
consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!,
llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda, nada hay en el hombre,
nada que sea inocente.
Lava lo que está manchado, riega lo que es árido,
cura lo que está enfermo.
Doblega lo que es rígido, calienta lo que es frío,
dirige lo que está extraviado.
Concede a tus fieles, que en Ti confían,
tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación, dales el eterno gozo”.
(Secuencia de la misa de Pentecostés).
y envía desde el cielo un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres; ve, dador de las gracias;
ven, lumbre de los corazones.
Consolador óptimo, dulce huésped del alma, dulce refrigerio.
Descanso en el trabajo, en el ardor tranquilidad,
consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!,
llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda, nada hay en el hombre,
nada que sea inocente.
Lava lo que está manchado, riega lo que es árido,
cura lo que está enfermo.
Doblega lo que es rígido, calienta lo que es frío,
dirige lo que está extraviado.
Concede a tus fieles, que en Ti confían,
tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación, dales el eterno gozo”.
(Secuencia de la misa de Pentecostés).
10. “El Espíritu Santo prepara a los hombres, los previene por su gracia, para atraerlos hacia Cristo” (Catecismo, 737).
11. “La misión del Espíritu Santo, espíritu de adopción será unirnos a Cristo y hacernos vivir en Él” (Catecismo, 690).
12. “El Espíritu Santo es fruto de la cruz, de la entrega total a Dios, de buscar exclusivamente su gloria y de renunciar por entero a nosotros mismos” (De la homilía, El Gran Desconocido, nº 137).
13. “El Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que lo piden” (Lc. 11, 13.)
14. “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”. (Hechos, 2, 38). Es decir, lo tenemos como consecuencia del Bautismo y Conversión.
En dejarse llevar por el Espíritu Santo, reside el secreto de la santidad y de la eficacia apostólica.
15. Oración: Espíritu Santo, ¡dulce huésped del alma! Maestro y preceptor mío, derramad la plenitud de vuestros dones sobre ella. Obrad en mí, la renovación espiritual; renovación de nueva vida y entrega, que me lleve a amar intensamente la cruz, la humildad y la pobreza. Amén.
16. “El Espíritu Santo es verdaderamente el lugar de los santos, y el santo es para el Espíritu un lugar propio, ya que se ofrece a habitar con Dios y es llamado templo suyo”. (San Basilio. en Catecismo 2684).
17. “Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por el Espíritu Santo. Él es quien nos precede y despierta en nosotros la fe”. (Catecismo, 683).
18. “Donde vaya Cristo, donde esté, allí está también el Espíritu Santo, porque son distintos pero inseparables” (Catecismo 689).
19. “El Espíritu Santo es Maestro interior de la vida según Cristo, dulce huésped del alma que inspira, conduce, rectifica y fortalece esta vida”. (Catecismo, 1697).
20. “Por el Espíritu Santo participamos de Dios. Por la participación del Espíritu venimos a ser partícipes dela naturaleza divina... Por eso, aquellos en quienes habita el Espíritu están divinizados” (S. Atanasio. Ep. a Serap. 1, 24).
21. El Espíritu Santo viene a enseñar: a hacer oración; a vivir bien la Santa Misa; a preparar la confesión ; a hacer el examen de conciencia; a tener paciencia en el apostolado; a animar y dirigir a las almas. Pedirle luces para oírle y entenderle.
22. El Espíritu Santo moraba siempre con los “primeros”. Ellos se desenvolvían en lo cotidiano y en lo excepcional, sabedores de que el Espíritu estaba con ellos. Y actuaban con sus siete dones que él les daba. Y conocían que la principal pretensión del Espíritu era que respondiesen con la una total entrega al amor de Jesús.
23. “Solamente con la fuerza y dones del Espíritu Santo, nuestra voluntad estará unida a la tuya, Señor”. (Colecta del jueves de la 7ª semana de Pascua).
24. “Conocemos que permanecemos en Dios y él en nosotros, en que Él nos ha dado su Espíritu”. (I Jn. 4, 13).
25. “Por la comunión de su cuerpo y de su sangre, Cristo nos comunica también su Espíritu, lo acrecienta en nosotros”. (Juan Pablo II: Ecclesia de Eucaristía, nº 17).
LOS SIETE DONES:
DE TEMOR. Adquisición de docilidad especial para apartarse del pecado y someterse a la voluntad divina.
DE FORTALEZA. Para practicar toda clase de virtudes heroicas con invencible confianza. Con él, vencemos los fallecimientos del cansancio, la rutina y la tibieza.
DE PIEDAD. Para poseer un afecto filial hacia Dios, como Padre. Pedir el don de Piedad, es pedir el instinto del Espíritu Santo para que él nos haga vivir la filiación divina.
DE CONSEJO. Con él se intuye lo que conviene hacer en orden al fin último sobrenatural.
DE CIENCIA. Por él, la inteligencia del hombre, juzga rectamente de las cosas creadas en orden al fin sobrenatural. Es importante par la rectitud de intención.
DE ENTENDIMIENTO. La inteligencia del hombre es apta para penetrar las cosas reveladas y sobrenaturales.
DE SABIDURÍA. Para juzgar rectamente de Dios y de las cosas divinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario